Se escapa

El mundial de F1 se ha decantado, salvo milagro, del lado de Lewis Hamilton. Un valiente Alonso, ignorando que su coche estaba dañado, apretó los dientes en un momento en el que la carrera se complicaba y se fue a por ella. Un inesperado acuaplaning terminó con sus opciones.

Sigo sin entender aquellos que guardan una especie de odio hacia el piloto asturiano, simplemente por ser sincero, y hablar sin tapujos, tanto en los momentos buenos, como en los momentos malos. El domingo después del accidente se pudo ver al Alonso más humano, su cara reflejaba tristeza, y sus palabras eran tan sinceras como las de siempre, pero después de un mal momento. No tiró balones fuera, sólo fue realista, "hice un acuaplaning y estaba muy cerca del muro". Pues eso. Ni le echó la culpa al toque que tubo, ni a la mala suerte, ni nada. Es decir, contó lo que había pasado, como siempre. Pero parece que hoy día si uno dice lo que piensa y lo que hay, es un borde y un payaso. Pues que quereis que os diga. Yo lo admiro por ir siempre tan de frente, en las buenas y en las malas. Nunca ha querido parecer lo que no es. A mi esa actitud me merece un respeto.

La cosa estaba complicada este año, y tenía la intuición que tarde o temprano los seguidores de Fernando íbamos a terminar por acordarnos de los puntos perdidos en los despachos de Hungría.

Os prometo que intento ser objetivo, pero este año ha salido un hueso como piloto, mas sigo pensando que han pasado cosas raras. Y no voy a refugiarme en decir que Hamilton ha tenido suerte, porque esos momentos de cierta fortuna son necesarios para hacerse con un título apretado y unas veces te tocan a favor y otras en contra, pero me pongo a pensar y encuentro un puñado de cosas que no cuadran; cosas que en su momento no les das mucha importancia, pero que acumuladas hacen una bola muy difícil de superar.

Me acuerdo en primer lugar de Bahrein. Curiosamente después de caerle un chaflán al coche número 1, Alonso tuvo que declarar que había elegido mal la configuración del coche, haciéndo creer que el medio segundo que perdía por vuelta fue culpa suya (me cuesta creerlo).

Numerosas situaciones en las que en clasificación, su último juego de neumáticos no tenía la presión correcta, entre ellos este último GP y como no, el famoso GP de Hungría, donde por culpa de ponerle los neumáticos que no tocaban, Hamilton terminó llorando y sancionaron al asturiano. Pero no sólo en esos dos, si no en unos cuantos más.

Las míticas "extra-lap". Sinceramente, no veo la igualdad, cuando siempre le toca al mismo. Además no te permiten elegir tu estrategia de carrera, más que menos te la imponen. Eso sí, Hamilton en casa pudo elegir.

Y por último. No le hemos dado la importancia que tiene. Pero... que hubiese sucedido si en vez de Hamilton, este fin de semana investigan a Alonso por los cambios bruscos de ritmo con el "safety". El reglamente lo dice bien claro y le sancionarían, de hecho si el reglamento no lo pone, le sancionarían igualmente y pondrían una norma. Ah! que esa norma ya la impusieron, pero como era Hamilton podía hacer lo que le saliera de las narices... ustedes perdonen mis meteduras de pata. Sinceramente, a mi esa sanción ya me pareció clarísima en carrera. Y no esperaba que lo sancionasen en los despachos, pero me parece aberrante, que para lavarse las manos, la FIA vaya y sancione a Vettel, cuando el pobre sin mala intención se lleva por delante a Webber. Ah sí! Que prefería comérselo y evitar así la ducha de champagne en el podio. En fin...! La F1 huele muy mal últimamente.

Desde aquí un seguidor de Alonso, que intenta ser objetivo, de veras, pero no lo consigue. Por algo será.



Foto: www.as.com